Ángeles Moldes tiene 33 años y nació en San Martín de los Andes. Estudió Historia del Arte en Buenos Aires pero antes de terminar la carrera se mudó a Mar del Plata a probar suerte, ciudad en la que vive desde hace diez años. Su mayor pasión es la literatura, dividiendo su tiempo entre leer todo lo que puede y escribir cuentos y poesía
El pan de cada día
Una mujer enseña a su hija
como empolvarse las manos,
como sacar los restos de masa
de entre los dedos secos.
El pan es primero
mezcla pegajosa
no agregues más polvo,
no eches a perder la receta.
Tuvo un invierno frío,
de reposo y levadura.
El pan resiste solo
si tiene esa forma de globo
duro por fuera
agujeros por dentro.
Se levanta otra vez
busca a su hija
ahora para ir a la escuela,
prepara té y tostadas.
Un poco dormida,
saca del freezer
las rodajas del pan
que cocinaron el invierno pasado.
Escribo
Parece que en la higuera una
hoja copia a la otra hoja
y así aprende su tarea
Es primavera y
en invierno yo la vi,
tenía cuatro grandes troncos,
salían de la tierra y
en su copa infinidad de ramas
que se multiplicaban.
¿No son unas iguales a las otras
y distintas de las otras?
y las hojas que crecen ahora,
¿qué camino tomarían si no
el que copian de la hoja
que allí murió el otoño pasado?
La higuera crece, está en
el centro de mi patio.
No es un árbol robusto,
pero será un árbol altivo.
También construimos una parrilla
con ladrillos
pusimos unas banquetas debajo
de la sombra
que dan las ramas.
Alrededor de la higuera
toda copia,
crece.
La Florida
Recibí un mensaje anoche
las ranas cantaban,
y, aunque dicen que no tienen voz,
los grillos también.
El barrio es alejado
tiene árboles altos,
álamos y enredaderas.
Abrí el mensaje
‘Despistada’ escrito en negrita
‘Te confundiste de espina,
ve a buscar la tuya
y que te rompa el corazón en pedazos’
El chirrido de las vías del tren
grita
implora que me vaya.
Acá no hay lugar
acá no hay esperanza.
Me voy sin regar las plantas,
nada de lo que hay es mío.
El barrio es de las ranas y los grillos,
de los vecinos que tienen espinas,
corazones rotos y árboles altos.
Alaridos
Llegué y tengo que salir otra vez,
el médico me llama, soy una lavadora averiada
que da alaridos cuando intenta funcionar.
Voy a levantar esa chatarra y pasarla por la máquina
todos los viernes a las diez.
No puedo decir lo que pienso,
hasta el técnico te diría ‘cámbiela por una nueva’
Hay modernísimas versiones, con energía verde y
optimización del optimismo.
Hubo una época de primera calidad,
ocho años de estacionamiento,
dos años con certezas.
Ahora soy solo una copia berreta de alguien intentado lavar la realidad.
El tiempo y la vaca
Me traje todo a la cama
Dije: hoy lo hago.
Quería escribir en presente pero el pasado me persigue.
Me traje todo a la cama.
Dije hoy escribo.
Escribí sobre una vaca que pastaba
Cuando terminó, caminó un rato bajo el sol y se echó sobre el pasto verde y fresco.
Terminó, caminó y se echó.
Sol, pasto y fresco.
Ahora está en el pasto,
pero no hay ahora.
Todo ya se hizo.
Biografía
Ángeles Moldes tiene 33 años y nació en San Martín de los Andes. Estudió Historia del Arte en Buenos Aires pero antes de terminar la carrera se mudó a Mar del Plata a probar suerte, ciudad en la que vive desde hace diez años. Su mayor pasión es la literatura, dividiendo su tiempo entre leer todo lo que puede y escribir cuentos y poesía. El encuentro entre montañas de la Patagonia y el mar de la costa no solo le resulta una temática para explorar, sino que le ha permitido encontrar distintas formas de vivir, distintos amigos y costumbres. La Patagonia es donde vive su familia, pero Mar del Plata es la ciudad que la recibe. Instagram: @angiemoldes